El pasado viernes noche, la capital valenciana se llenó de una buena ración de Death Metal en un menú de alto voltaje que congregó en la sala RockCity de ávidos consumidores del mismo en donde las CRYPTA era el reclamo principal.
El cartel de la gira española estaba compuesto por tres bandas tres en las que no hubo cabida ningún invitado de las ciudades en las que se actuó, algo no muy habitual. Las dos bandas que acompañaban a CRYPTA eran dos noveles formaciones ambas danesas y con mucha juventud en sus filas.
Los primeros en subirse al escenario fueron los PLAGUEMACE, un quinteto muy aguerrido formado en 2020 (quizá auspiciados por el efecto ‘pandemia’) practicante de un Death Metal muy rabioso y que con sólo un disco de estudio en su haber titulado Reptilian Warlords ya figura en los catálogos de la todopoderosa Napalm Records quien lo editó en 2023 en formato digital. Ellos mismos se definen como la nueva generación del Old School Death Metal y la verdad es que no van nada desencaminados.
Plaguemace
La violencia y la potencia que despliegan PLAGUEMACE en su directo, arrolla de forma incontrolada. A nivel musical la batería es muy seca y atronadora, a la que acompañan muy buenas notas de guitarra y un bajo muy presente que en conjunto ofrecen un entramado musical muy bien cerrado que efectivamente suena a los años ’90 pero con un toque un tanto Crust muy moderno. Parte de esta responsabilidad se le debe a su tremendo vocalista, de una presencia física hipnótica (son daneses…) y de gran guturalidad y rugosidad en las cuerdas vocales que sobresale por encima de las composiciones sin problemas. Un aperitivo de lo más estupendo que ya dejó al público asistente con las revoluciones a tres mil y más cuando se bajaron del escenario los cuerdas y el vocalista para entremezclarse con ellos y terminar apoteósicamente su show.
Los disfruté muchísimo y esperamos que den muchas alegrías a la escena Death tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Adictivos.
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Los siguientes en subirse al escenario de la RockCity fueron los otros daneses de la noche, y por tanto compatriotas de los primeros, los complicados de leer (y recordar) NAKKEKNAEKKER.
Esta otrora jovencísima banda (no miento si digo que de los cinco no habría ninguno que superase los 25 años) también se formó en 2020, pero a diferencia de los anteriores, aún continúan por libre y no han editado su primer redondo. Solo cuentan con dos demos Demo (2020) y Krig (2021) las cuales parecen ir cantadas en su lengua madre.
Nakkeknaekker
NAKKEKNAEKKER comenzó a degüello, no obstante tenían un listón muy alto que saltar tras la actuación de Plaguemace, pero como buenos músicos venidos del norte, es raro que defrauden. Así pues lo dieron todo desde el minuto uno. Su Death Metal es en apariencia menos noventero que el anterior, con un regusto más ochentero, en una onda muy de Slayer pero con un toque más rudo, tirando casi en Punk. A nivel musical destaca por encima de todo su batería de una calidad impecable, rapidez y metalicidad en las notas poco habitual. Las guitarras son muy vibrantes, que ofrecen unas grandes notas en los solos, muy armoniosos a los que se une un bajo muy crujiente. A nivel vocal, aquí su voceras se decanta más por un estilo más grueso y bien definido, cercano al de las grandes escuelas americanas, aunque se le advirtió una ligera afonía al hablar, lo cual nos hace pensar que no tiene el registro muy bien colocado y que aún le falta un poco de escuela.
Pero esto no fue un impedimento para que su show no fuese un primer plato ricorico y con fundamento dentro de este menú de Death Metal que ya entraba en los finales.
Recomendados sin duda alguna.
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Y llegaba el turno del plato fuerte, de un postre de los que marcan época, elegante y corrosivo a la vez. Las CRYPTA venían dispuestas a demostrar por qué están donde están y por qué Napalm Records las ha fichado sin pensárselo mucho.
El cuarteto que lleva en activo desde 2019, no es para nada nuevo en estas lides. Para muchos, dos de sus componentes eran harto conocidas por sus labores en la banda brasileña de Thrash Nervosa, de cuyas filas salieron Fernanda Lira (voz y bajo) y Luana Dametto (batería) para montar esta apabullante formación de Death Metal al más puro estilo clásico pero con reminiscencias a las grandes agrupaciones de su país (Krisiun y Sepultura se advierten en algunas de las notas que manejan)
El cuarteto comenzó sin dar tiempo a nada. Para ello venían y también para presentar temas de su segundo plástico Shades Of Sorrow (2023) motivo de esta extensa gira.
A nivel musical, nos encontramos con una batería de rapidez vertiginosa y gran poderío con los bombos a toda mecha y un gusto muy particular por introducir notas de percusión. El bajo es muy persistente e incisivo. A nivel de guitarras tanto Tainá Bergamaschi como Jéssica di Falchi ofrecen unos duelos (solos) impecables, de una nitidez y una exhibición técnica envidiable. Las dos se complementan a la perfección gracias a la tonalidad de cada una: más aguda una y la otra más semigrave.
Crypta
Pero todo este entramado musical, de nada serviría sin una voz que lo respaldase y las labores vocales de Lira, demuestra su tremendo potencial y sobre todo lo perfectamente acoplado que tiene su registro. Éste se sabe mover entre el grito más desgarrado y agudo y el más grave y cavernoso, lo cual nos ofrece cambios tonales que le dan mucha profundidad a los temas.
CRYPTA se lució estratosféricamente y dejaron claro que han venido para quedarse ofreciendo un Death de mucha calidad fácilmente identificable de su país de origen.
En general fue un show adrenalínico que gustó a tanto los seguidores ya confesos como a los nuevos adeptos.
Fantásticas.
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